AUMENTO DE GLÚTEOS

El aumento de glúteos se puede realizar de dos formas principales: con implantes o con grasa del propio paciente. En mi práctica clínica habitual no realizo aumentos de glúteos con implantes. Los implantes glúteos presentan desventajas importantes: implican la colocación de un cuerpo extraño, con riesgo de complicaciones (infección, extrusión, desplazamiento, contractura capsular o rotura entre las principales), necesidad de reintervenciones futuras y resultados menos naturales al tacto. Por este motivo, en mi consulta la técnica que recomiendo y realizo siempre que el paciente sea buen candidato es la transferencia de grasa autóloga (lipotransferencia o BBL).

Transferencia de grasa autóloga (lipotransferencia / "BBL")

Qué es. Se obtiene grasa del propio paciente mediante liposucción (abdomen, flancos, cara interna de muslos, etc.), se procesa y se reinyecta en el tejido subcutáneo de la región glútea para aumentar volumen y mejorar el contorno.

Ventajas.

  • Resultado natural al tacto y a la vista.

  • Doble beneficio: eliminación de grasa en zonas donantes (mejor contorno corporal) y aumento glúteo.

  • Ausencia de cuerpo extraño (no hay prótesis).

Inconvenientes y riesgos específicos.

  • Variabilidad en la supervivencia del injerto graso (parte del volumen se reabsorbe y puede requerir retoque).

  • Riesgos infrecuentes pero graves: la complicación más temida es la embolia grasa pulmonar, que puede ser fatal si la grasa alcanza el torrente venoso.

 

Evidencia y cifras actuales

El aumento glúteo ha sido una de las intervenciones de más rápido crecimiento en cirugía estética a nivel mundial en los últimos años; la transferencia de grasa es la técnica más utilizada para el aumento glúteo en muchos países. Las sociedades científicas y comités de seguridad han alertado históricamente sobre una tasa de mortalidad elevada asociada a la lipotransferencia glútea cuando se emplearon técnicas que comprometían el plano muscular (publicaciones y comunicados de sociedades en 2017–2019 señalaban cifras de riesgo relativamente altas). A raíz de ello se han emitido recomendaciones específicas para disminuir riesgos (inyectar exclusivamente en plano subcutáneo, formación, uso de ecografía intraoperatoria en ciertos protocolos, etc.).

 

 

En qué consiste la cirugía (paso a paso)

  1. Valoración preoperatoria. Historia clínica, examen físico, fotografías, marcaje de zonas donantes y receptoras, estudio analítico y manejo de factores de riesgo (tabaquismo, control metabólico, revisión de medicación que interfiera con coagulación, etc.).

  2. Anestesia y logística. Generalmente se realiza bajo anestesia general; ingreso habitualmente en régimen ambulatorio o 24 h según caso y volumen de liposucción.

  3. Liposucción (extracción de grasa). Se infiltra solución tumescente, se obtiene el lipoaspirado de las zonas donantes mediante cánulas de liposucción. La técnica atraumática y la baja presión en la aspiración favorecen la viabilidad celular.

  4. Procesado de la grasa. Hay varias técnicas (decantación, centrifugación suave, filtrado). El objetivo es separar la fracción adiposa viable del suero, sangre y fragmentos grasos dañados.

  5. Inyección en la región glútea.

    • Plano recomendado actualmente: inyección exclusiva en el tejido subcutáneo, por encima de la fascia glútea, evitando introducir la cánula en el plano muscular profundo.

    • Técnica meticulosa, uso de cánulas de calibre adecuado y movimientos de retracción en abanico para depositar microvolúmenes en múltiples pases, lo que favorece la supervivencia y reduce la presión local.

  6. Cierre y vendajes. Suturas de la incisión, vendaje compresivo en zonas donantes y en ocasiones una prenda específica para contención

Volúmenes y supervivencia del injerto (qué pueden esperar)

  • Volúmenes habituales. En encuestas entre cirujanos experimentados la mayoría declara infiltrar entre 200 y 500 mL por cada glúteo en una intervención típica; hay variabilidad según paciente y objetivo, y algunos grupos realizan volúmenes mayores en fases o técnicas específicas.

  • Retención del injerto. La supervivencia del tejido adiposo inyectado es variable entre pacientes y técnicas; en la literatura se describen rangos amplios (desde un 10–50% en distintas series y localizaciones). En la práctica clínica conviene planificar que una parte del volumen se reabsorberá y comentar la posibilidad de reintervenciones para alcanzar el volumen definitivo.

  • Resultado final. La forma y volumen evolucionan en los primeros meses; se suele considerar el resultado estable alrededor de los 6–12 meses.

 

Postoperatorio: cuidados y tiempo de recuperación

Inmediatamente tras la cirugía: dolor controlado con analgésicos, edema y equimosis en zonas tratadas, prenda compresiva en zonas donantes.

Evitar presión directa sobre los glúteos: generalmente se aconseja evitar sentarse directamente sobre los glúteos durante 2–4 semanas (uso de cojín tipo donut o apoyo en los muslos si es imprescindible). Este punto es clave para la supervivencia del injerto.

Actividad y reincorporación laboral: pacientes con trabajos de oficina suelen retomar actividad ligera en 7–14 días; ejercicio intenso y trabajo físico se retrasa 4–6 semanas.

Controles. Revisiones periódicas para monitorizar la evolución, tratar eventuales seromas o complicaciones y planificar retoques si fueran necesarios.

Riesgos y complicaciones 

  • Complicaciones mayormente infrecuentes pero graves: embolia grasa pulmonar (puede ser fatal), tromboembolismo venoso.

  • Complicaciones locales: asimetría, reabsorción parcial del injerto, irregularidades de contorno, infección, seroma, necrosis grasa, cambios sensoriales en piel.

  • Complicaciones relacionadas con liposucción: irregularidades en zonas donantes, alteraciones de sensibilidad, hematoma.

 

Selección del paciente: quién es candidato ideal

  • Pacientes con suficiente grasa donante y peso estable.

  • Expectativas realistas sobre resultado y necesidad potencial de segundo procedimiento.

  • Ausencia de comorbilidades que aumenten el riesgo quirúrgico (problemas de coagulación, tabaquismo activo sin abstinencia previa adecuada, enfermedad cardiovascular no controlada, obesidad mórbida no controlada, etc.).

El aumento de glúteos con la propia grasa es, hoy por hoy, una técnica consolidada que ofrece resultados naturales y la ventaja añadida de modelar las zonas donantes. Sin embargo, no está exenta de riesgos; la complicación más grave es la embolia grasa, motivo por el cual la técnica y la indicación deben ser cuidadosamente seleccionadas y ejecutadas por cirujanos formados y con recursos hospitalarios adecuados.

CASOS CLÍNICOS

CASO 1

Aumento de nalgas con lipotransferencia de 500cc de grasa por lado. Zona dadora: espalda y flancos.